23 de diciembre de 2013

Preguntas naturaras, o cómo desmontar el Paraíso



   Anoche soñé que una misteriosa figura de negro, me esperaba en el rellano de mi puerta. Con un rictus de lo más serio. Me abordó con gesto seco, y dispuesto a no dejarme pasar sin antes haberle aclarado las dudas que debía tener respecto a mí.
   La situación me pareció una secuencia infinita de fotogramas de alguna película de Buñuel, y creo recordar que además era en riguroso blanco y negro: los fantasmas de mi infancia, y el temor a no salir de ella.
   Le dije que no creía en un dios todopoderoso omnisciente y omnipresente, que era Ateo, y tampoco creía en él, o los que van como él. El misterioso ser entonces fue caminando despacio hacia mí, agachando la cabeza y mirando al suelo, sin decir palabra alguna, como si se diese por vencido nada más comenzar el combate. Pasó por mi lado sin mirarme a los ojos, hizo un gesto con su mano derecha indicándome que le dejase paso, que me abriese y desapareciese inmediatamente. Tuve dudas incluso de que se tratara de un ser humano; aún hoy sigo teniendo dudas de que aquel encuentro fuese un sueño...


    Quise entonces ponerme a su altura, y le di la vuelta a la situación preguntando si él era creyente realmente, o qué era en caso contrario. Le puse en un aprieto, pues no supo o no quiso responder a ninguna de las preguntas que le hacía. 


   ¿Cree usted de veras, que alguien puede encontrarse más allá, con sus seres queridos, fallecidos anteriormente, cuando ese alguien muera? ¿Se alimenta uno para "vivir", va vestido, necesita mudas de ropa, plancharla, lavarla...? ¿Si no va vestido, va desnudo, y pasa frío, pasa calor, pasa vergüenza? ¿Hay sexo? ¿Si lo hay, existen nacimientos? ¿Si no lo hay, para qué nos sirven los órganos reproductores, desaparecen entonces éstos? ¿Qué aspecto tiene uno en la vida eterna; joven, mayor, siempre con la misma edad, no envejece? ¿Quien muere viejo, vive viejo; quien muere recién nacido o con pocos años de vida, aparece en ese más allá con el mismo aspecto, le cuida alguien, se hace pis y caca, hay que cambiarlo...? ¿Si no está bautizado se le deja pasar, se le echa al purgatorio, o al fuego eterno...? ¿Se le perdona y se le deja entrar en el paraíso, y adopta entonces el aspecto de un joven? ¿Tienen misiones las almas que allí aterrizan, relacionadas con sus actividades en la tierra? ¿Un violinista amenizará las tardes a los presentes? ¿Un carpintero qué labor tendría, y un abogado... suponiendo que llegase a colarse en el paraíso...? ¿Y un político, daría sus mítines o no sería necesario..? ¿Entonces, qué sentido tiene, si nada de lo anterior tiene respuesta? ¿No sería aburrida e insoportable una vida eterna...? ¿Encontrarse en el más allá con los que no has podido soportar aquí (si es que alguno alcanza el Edén por el motivo que fuere)...? ¿Enferma alguien, y se le aplica un tratamiento por algún médico que hoy puede estar trabajando en el servicio de limpieza de su ciudad? ¿Se duerme y se sueña una vez que se ha alcanzado la vida eterna, o siempre está uno despierto? ¿Es soportable estar sin dormir toda una vida eterna...? ¿Tendremos un techo allí arriba, o simplemente no hace falta, porque no llueve, no hace frío ni calor...? ¿Y cama, tendremos cama para descansar, o no nos cansamos y estamos siempre de pie, andando de un lado para otro? ¿Y el paisaje, cómo será...? ¿Habrá ríos, montañas, valles...? Si los hay, en ese caso, debe de haber sol, luna, día, noche... debe de llover,debe de haber estaciones... ¿ No estaremos hablando entonces de la vida aquí en la tierra...?



   Me dije entonces que era imposible, porque en tal caso, tanto si las respuestas eran afirmativas a algunas preguntas, como si eran negativas, a otras, allí en el paraíso (como aquí en la tierra), habría disputas, políticos, militares y guerras, diferencias, hambre, frío y miseria; y creo que dios, no podría con todo ello, por lo que se habría marchado hace mucho, mucho tiempo. Es por ello, que el hombre sigue buscando, y jamás lo encontrará.


   Ya sé que estas preguntas son totalmente absurdas y hechas con absoluta malicia. No obstante, creo que no son menos absurdas las respuestas que nos da la iglesia.

   

   No recuerdo cómo desapareció la negra figura, o lo que fuese. Sólo sé que cuando desperté, recordaba el sueño como si hubiese actuado en la realización de una película, o por el contrario, era esa película la que estaba dentro de la película de nuestra vida, si es que ésta existe tal y como la conocemos.


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   ¡Feliz Navidad!



 

 


    Fotografía y texto, Rafa Ordóñez